La palabra spoils puede traducirse, por un lado, como botines de guerra, y, por otro, como sobras de comida en proceso de pudrición. Estrenado en el 2023 casi a la par con su otra película Lo que los humanos ven como sangre los jaguares ven como chicha, Spoils, el cortometraje de la boliviana Luciana Decker, es una traducción indirecta del mundo habitado por la autora que, con filtro foráneo y crítico del consumismo, captura grotescas imágenes de comida siendo desechada en un restaurante mexicano. Los planos y sonidos húmedos de una espátula empujando mazacotes sobrantes del plato a la basura son casi soeces y se imponen en un contraste titilante y frenético con imágenes de ídolos de suramérica prehispánica preservados en un museo estadounidense. Acumulando ya una trayectoria de seis películas, con Spoils, Decker hace observaciones y preguntas acerca de su vida en Iowa. Por medio de reflejos y sombras, o filmando sus pies y sus propias manos dentro de algunos cuadros, se muestra a sí misma como el personaje que sostiene y dirige la cámara. En siete minutos este hechizo cinematográfico desafía los conceptos del tiempo y del lenguaje a partir de experimentos de rodaje y de montaje que contienen, y a su vez desbaratan, la idea de lo que puede ser y cómo puede construirse una escena. Realizado durante una temporada como estudiante en los Estados Unidos, con mirada de extranjera latinoamericana, fue registrando su entorno con una cámara Bolex y con una economía de la imagen impuesta, al menos en parte, por el costo mismo y la escasez de la cinta en 16mm. El cortometraje abre con una imagen de la autora en el espejo sosteniendo la cámara como aparato de conciencia con el cual puede mirarse a sí misma y a la vez separarse de su mirada. Dentro de la película no hay palabras dichas ni escritas, más allá del título y los créditos. El sonido transita por ambientes caóticos de campo y ciudad. Pastizales, flores, fósiles, árboles se mueven ante nuestros ojos como intentando traducir idiomas intraducibles y mostrar algo que no podemos saber. Se nos permite al público ser voyeristas, entrando en escenarios de la intimidad, por ejemplo cuando un hombre sin saberse muy bien la letra ni atinar mucho al ritmo, canta  –Acá entre nos, me quedan ganas de llorar, allá en mi triste soledad, salir corriendo y preguntar, que aún respiro por la herida–. Spoils contrapone una gritería salvaje de bichos y pájaros con una serie de retratos a animales disecados en un museo, y nos muestra paralelos entre la vida y la muerte que ponen a prueba lo que entendemos por Historia Natural, planteando así nuevos vehículos narrativos para contar otra historia.