UNA CUESTIÓN DE FE: EL CINE DE EUGÈNE GREEN
Retrospectiva
El cine de Green representa una idea particular de cultura, de elegancia, de saber, de conocimiento y de virtudes éticas. Aunque nació en Estados Unidos, prefirió la lengua francesa como lengua madre. Así es como su bagaje cultural, importante para la estructuración de sus relatos, remite a una herencia francesa y a un interés primordial por el barroco. Su cine tiene un compromiso con las encrucijadas pasionales de sus personajes y con el auxilio o sanación de sus problemas del alma. Green habla en clave espiritual. Sus personajes le interesan, sobre todo, por sus gestos y sus formas de caminar. Las manos, los ojos y los pies calzados son fundamentales en su universo. Muy modesto, puede parecer que tiene solo dos o tres intereses formales: el primer plano de alguien que siempre habla (a la cámara y, al mismo tiempo, a su partenaire), el paneo que revela las condiciones físicas y topográficas de un lugar, y la persecución por un momento único donde un relato mayor, más grande que el acontecer rutinario de sus protagonistas, luz y gesto se encuentran para darle imagen a la esperanza. Sus temas: el perdón, el afecto, el amor, el ejercicio profesional del arte, la filosofía, la escritura. Su movimiento en el espectador tiene que ver con la resonancia. El aliento vital y sobrenatural de sus primeros planos remueve por dentro. Green da vida una paradoja emocionante: aunque su cine está siempre intrigado y muy atento por la materialidad del mundo, por todo lo táctil, por el contacto de las cosas con la piel, por los objetos, los ojos, la naturaleza, por todo el mundo de lo visible, cada nueva película de su autoría nos da a entender algo del misterio profundo de las cosas. Y ese misterio profundo es, en cualquier caso y en cualquier sentido, algo del orden sobrenatural del mundo. No es un cabal cineasta católico pero sí un cineasta de sentimientos religiosos. La experiencia de sus películas está siempre cerca de la evidencia de algo que es capaz de atrapar más allá, de una energía eterna y constante que camufla todo lo que vemos.
Cinemancia presenta siete largometrajes y cuatro cortometrajes:
Le monde vivant / El mundo vivo (Francia, 2003) – 75’
Les signes / Los signos (Francia, 2006) – 31’
Correspondences / Correspondencia (Francia, 2009) – 36’
A Religiosa Portuguesa / La monja portuguesa (Portugal, Francia, 2009) – 127’
La Sapienza (Francia, Italia, 2014) – 100’
Faire la parole / Hacer la palabra (España, Francia, 2015) – 116’
Le Fils de Joseph / El hijo de José (Francia, 2016) – 115’
Atarrabi & Mikelats (Francia, Bélgica, España, 2020) – 123’
Le mur des morts / El muro de los muertos (Francia, 2022) – 52’
