2024
5′ Min
Colombia
Español
Sebastián Pérez
Canaguaro Films
Santiago Canepari, Agustín Gagliardi, Walter Jakob, Laura Paredes
Sebastián Pérez
Familia Chalarca
Sebastián Pérez
Sebastián Pérez
Fecha/Hora | Teatro | Ciudad |
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Lunes 9 de septiembre | 7:00 p.m. | Casa Municipal de la Cultura de Caldas | Caldas |
Martes 10 de septiembre | 7:00 p.m. | Fiesta del libro y la cultura | Jardín Botánico de Medellín Joaquín Antonio Uribe | Medellín |
Jueves 12 de septiembre | 5:30 p.m. | Auditorio Biblioteca Juan Carlos Montoya | Sabaneta |
De profesión: sociólogo y cineasta. Apasionado por el montaje cinematográfico y las posibilidades narrativas de la No-ficción. Docente e investigador en áreas de la comunicación audiovisual y las humanidades. Utiliza la fotografía y el video como herramientas para el cambio social.
Mi abuelo murió un año antes de que el Deportivo Independiente Medellín quedara campeón por tercera vez. Si bien a su edad ya lo había visto campeón, tan solo dos estrellas bastaron para que mi viejo esperara por más de 40 años un nuevo título. Veintidós años después, a mis manos llegó un casete de VHS que decía: Medellín campeón 2002. Era la señal para contarle a mi abuelo que su Rojo del alma había conseguido su tercera estrella.
Pasaron 45 años entre la segunda y la tercera estrella que ganó el Deportivo Independiente Medellín en 2002. Una final próxima a la navidad que tuvo su desenlace en Pasto. 45 años puede ser una vida; 45 años hacen sentir que la ausencia de victorias sólo puede ser causa de una maldición. No obstante, 45 años no son suficientes para acabar con el fervor de una hinchada hacia su equipo. Tan solo dos estrellas, de Sebastián Pérez, puede leerse tanto como una oda como una elegía: una oda al equipo de fútbol y sus hinchas, que por años mantuvieron la esperanza de ver al equipo campeón; una elegía a su abuelo, José Jesús “El Coco” Pérez, que sólo tuvo la oportunidad de ver al equipo dos veces campeón. La fuerza de las imágenes de archivo que reúne Pérez se encuentra en el encanto del ruido, en las caras que aparecen sin fingimiento ante la cámara, entre los diálogos que se cuelan en las celebraciones, fuegos pirotécnicos, canciones y gritos. En sus imágenes convergen la historia individual, la historia familiar y, además, el relato colectivo de un suceso histórico. Las imágenes recogen los espacios, las prácticas, la música e incluso la forma de sentir de principios de este siglo; el sentimiento de camaradería y pasión que congrega a toda la familia frente a una pantalla para ver aquello que no se creía posible, pero con lo que se soñaba por más de cuarenta años. El cine y el fútbol se complementan, ambos comparten la pasión que brota de las imágenes, la angustia y la expectativa por la imagen que vendrá, el montaje que dirige la mirada, y, especialmente, todo el movimiento, que parte de la realidad para mudar también las pasiones.
Valle de Aburrá, Antioquia