El cineasta griego Aristotelis Maragkos es un nombre a tener en cuenta inmediatamente. Su ópera prima The Timekeepers of Eternity (2021) recuerda a trabajos de cineastas como los primeros collages visuales de Naomi Uman, los ejercicios de intervención directa del fotograma de los austriacos Martin Arnold o  Peter Tscherkassky. En esta ocasión, Maragkos imprime todos los fotogramas de la serie The Langoliers (1995) de Tom Holland, adaptación de uno de los cuentos más enigmáticos de Stephen King. Todo ocurre en un vuelo hacia Boston donde los pasajeros en el avión se descorporeizan, menos diez, los que curiosamente dormían en medio del trayecto. La serie, de bajo presupuesto y de más de tres horas, es intervenida por el artista griego dejando un tercio de su metraje original y manipulando el papel de la impresión creando bucles, resquebraduras y arrugas en el soporte, convirtiendo la adaptación de King en un ser viviente, telúrico y textural con su propia respiración. Maragkos lleva más allá la noción de intervención del archivo convirtiéndose en uno de los alquimistas fotoquímicos más célebres de los últimos años. Una cita imperdible.