2010
52′ Min
Colombia
Español
Camilla Rodríguez Triana
Fosfenos Media
Camilla Rodríguez Triana
Sofia Oggioni
Camila Rodríguez Triana
Paul Donneys
Felipe Rayo
Fecha/Hora | Teatro | Ciudad |
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Miércoles 6 de septiembre | 2:00 p.m. | Casa de la Cultura Miguel Uribe Restrepo | Envigado |
Camila Rodriguez Triana (Cali, 1985) Cineasta y artista visual. Vive en Francia y filma entre Colombia y Francia. Cercana a la expresión documental, su trabajo se explora y funciona tanto en una sala de cine como en un espacio museístico. Se graduó como comunicadora social de la Facultad de Artes Integradas en la Universidad del Valle. Tiene una Maestría en Cine y Arte Contemporáneo de Le Fresnoy – Studio National des Arts Contemporains. Su cine presta una atención felizmente especial al mundo del sonido y los estímulos auditivos. Sus trabajos cinematográficos se han exhibido en grandes e importantes festivales. Trabaja sobre temas como la herencia, las raíces, la familia, el origen perdido y el origen recobrado, el viaje y los tránsitos (físicos y espirituales).
Retratos de la Ausencia es un viaje físico y mental por el sentimiento de la ausencia, por su intimidad hecha palabra y silencio, que se revela y que se esconde tras máscaras. En ese viaje conocemos las historias de Lina, Andrés y Tandita, tres niños que han quedado al cuidado de familiares cercanos debido a que sus padres se marcharon a otras regiones en busca de mejores oportunidades. En el retrato de su cotidianidad vamos descubriendo lo que significa para ellos la fragmentación familiar y cómo siendo niños asumen la migración de sus seres queridos a las grandes ciudades.
En su primera película, Camila Rodríguez Triana viaja al suroccidente del Valle del Cauca con una pregunta rondando su cabeza ¿Por qué la gente decide irse? Ella está obsesionada con una carta de despedida y sabe que en esa zona a orillas del Río Cauca la gente joven también se está yendo. Filmado en los corregimientos Quinamayó, Villapaz y Robles, el documental transita entre la cotidianidad de tres niños que conviven con la ausencia de sus padres, la incertidumbre de una madre que se va –aunque quizás no quiere–, el apego de un abuelo a su nieto, y la soledad de una mujer mayor que espera el regreso de su hija. Camila observa, hace preguntas, escucha, hace más preguntas, y guarda silencio. Ellos juegan, hacen deberes, trabajan, responden, a veces no responden, conversan, miran a otro lado y guardan silencio. Fuera de las viviendas, los cañaduzales y el río también custodian un relato. Al final del viaje, Camila advierte que su búsqueda no encuentra una respuesta unívoca, la realidad se presenta más compleja, la voluntad no parece ser la única fuerza que incide en las decisiones. La película aborda la inquietud por la fragmentación familiar ya presente en la obra fotográfica de la artista —Retazos (2008), Fueron felices para siempre (2009), fragmentos de familia (2010)—; y anticipa la postura estética que acompañará su obra cinematográfica: mirar atentamente al otro, reparar en los detalles y las reliquias domésticas. Retratos de la ausencia (2010) recuerda una época lamentable de la historia nacional y del conflicto armado que marcaron el territorio de un latente sentimiento de orfandad.
Valle de Aburrá, Antioquia