2013
15′ Min
Colombia
Español
Camilla Rodríguez Triana
Heka Films
Alba Zapata
Camilla Rodríguez Triana
Camila Rodríguez Triana y
Juan David Velásquez
Felipe Guerrero
Felipe Rayo
Fecha/Hora | Teatro | Ciudad |
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Miércoles 6 de septiembre | 2:00 p.m. | Casa de la Cultura Miguel Uribe Restrepo | Envigado |
Camila Rodriguez Triana (Cali, 1985) Cineasta y artista visual. Vive en Francia y filma entre Colombia y Francia. Cercana a la expresión documental, su trabajo se explora y funciona tanto en una sala de cine como en un espacio museístico. Se graduó como comunicadora social de la Facultad de Artes Integradas en la Universidad del Valle. Tiene una Maestría en Cine y Arte Contemporáneo de Le Fresnoy – Studio National des Arts Contemporains. Su cine presta una atención felizmente especial al mundo del sonido y los estímulos auditivos. Sus trabajos cinematográficos se han exhibido en grandes e importantes festivales. Trabaja sobre temas como la herencia, las raíces, la familia, el origen perdido y el origen recobrado, el viaje y los tránsitos (físicos y espirituales).
Alba es una mujer de 75 años. Aunque vive sola, es en un momento de su memoria que nunca la abandona que vive en compañía de su hija Alai. Objetos cotidianos, dibujos de niños, juguetes viejos, acompañan a Alba en un viaje continuo entre el presente y el pasado que aún está vivo.
La evocación como forma de elaborar el recuerdo encuentra en el cine formas materiales que se extrapolan a lo sensible. Así, como en una especie de sinestesia, la tierra agrietada presagia el abandono, un panal de avispas dentro y fuera de campo advierte un entorno árido, una serie de objetos desgastados elaboran un lenguaje que comunica el vacío, como un susurro fantasmal de lo ausente. El cine de Camila Rodríguez Triana se erige en un universo donde el pasado coexiste con el presente, sus márgenes son difusos o están en incesante contacto, aunque se entiendan como cronologías pertenecientes a distintos planos. Esta superposición de temporalidades caracteriza el retrato de Alba, quien habita en medio de dibujos, prendas de vestir y remedios ancestrales ahora sin destinatario, que funcionan como dispositivos de la memoria y cargan el lastre del desarraigo y la pérdida. Las cualidades del registro, que admite el detenimiento y la observación, configuran una mirada precisa que va sembrando preguntas y, simultáneamente, develando capas de una preexistente relación madre-hija, ahora acentuada por la soledad. El alba, entendida como el primer avistamiento de luz en el horizonte, encuentra un juego alegórico en la película conceptualizando el recuerdo, esa idea de algo o alguien que, aún cuarteada y desvaída, continúa emergiendo y se niega a desaparecer.
Valle de Aburrá, Antioquia