2022
100′ Min
Grecia, Colombia
Griego
Spiros Stathoulopoulos
Spiros Stathoulopoulos
David Corredor
Andrés Gómez D.
Angeliki Papoulia, Ewen Bremner
Spiros Stathoulopoulos
Andrés Morales,
Spiros Stathoulopoulos
Andrés Gómez D.,
Spiros Stathoulopoulos
Manuel J. Gordillo,
Andrés Silva,
Alejandro Uribe-Holguín,
Diego Rodríguez
Fecha/Hora | Teatro | Ciudad |
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Domingo 3 de septiembre | 4:00 p.m | Cinemas Procinal Aventura | Medellín |
Martes 5 de septiembre | 7:00 p.m. | Parque Cultural y Ambiental Otraparte | Envigado |
Spiros Stathoulopoulos (Grecia, 1978) Director de cine y guionista greco-colombiano, estudió artes visuales en la Pontificia Universidad Javeriana y producción en la Escuela de Cine Black Maria. Ganó reconocimiento internacional con su debut PVC-1 (2007) estrenada en el Festival de Cine de Cannes en la Quinzaine des Réalisateurs. Metéora (2012), su segunda película, ambientada en los monasterios medievales declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, compitió por el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín. Graduado con honores de la California State University in Cinema Arts. El gobierno de los Estados Unidos le otorgó una Tarjeta Verde de Habilidad Extraordinaria por logros artísticos sobresalientes
Durante la invasión nazi a Grecia, una luchadora de la resistencia se embarca en una operación de venganza para asesinar a su propia madre. Inspirada en Electra, de Eurípides.
Spiros Stathoulopoulos se estrena en la Competencia Central de Cinemancia con Cavewoman (2022). El realizador greco-colombiano, desde su primera película, PVC-1 (2017), ha encontrado una forma afortunada de maniobrar los dispositivos de la puesta en escena con el corazón, el satélite sensible de sus propuestas. Así, el despliegue deja de ser fortuito accesorio para tornarse experiencia sensible, una experiencia de trascendencia y reformulación constante de lo que vemos. Lo advertimos en la bella y mística Meteora (2012), con la prodigalidad amorosa y a la vez contenida del monje y la monja que se tocan con la fe. Ahora, en Cavewoman, con la Electra de Eurípides ambientada en la ocupación alemana de Grecia durante la segunda guerra mundial como punto de partida, Spiros vuelve a maniobrar las zonas liminales de lo figurativo y lo abstracto, filmando la boca de la actriz Angeliki Papoulia como una cordillera a la vez que edifica los sonidos en el fuera de campo como dunas que aprisionan los rostros. Al ver la película, se tiene la percepción de que el sonido y la imagen se han ensamblado como una estructura del escultor vasco Jorge Oteiza, una pieza que resguarda pero que deja brechas para que lo misterioso llene el volumen. Urdimbre cuidada de los ensamblajes internos de las secuencias, música romántica de Paganini, cine que hace del rostro un engranaje del desplazamiento, geomorfología estética del trato de la piel de sus personajes como mesetas que tiemblan. Cavewoman, intensa y enigmática, funciona tanto como experiencia cinematográfica y como estudio de un mural que podría haber pintado Masaccio: panorámicas de claustro, ventanales a la eternidad.
Valle de Aburrá, Antioquia