When I was just a baby My mama told me: Son Always be a good boy, don’t ever play with guns

But I shot a man in Reno, Just to watch him die

Solo para verlo morir… probablemente las noches insomnes solo se pueden curar viendo a alguien morir. El insomnio de la protagonista la lleva a irrumpir en todo lo prohibido: la noche espesa, una licencia de conducir obsoleta, un gatillo como único remedio para calmar su ansiedad. Don’t ever play with guns, suena a consejo de una madre que si tuviera más tiempo también diría a la protagonista: Don’t ever drive with a expired license, y es precisamente que sin ninguna conexión con el mundo real, el insomnio, el auto a velocidades intensas de una carretera alemana y el arma usada contra un policía motorizado, sean parte del sueño. La licencia de conducir puede ser en realidad una licencia para dormir, para descansar, ¿qué hacemos cuando al reposo solo se llega a través de un infinito trámite burocrático? Solo el cine puede simplificar ese trámite: la imagen de un par de ojos cerrándose mientras la pantalla se pone en negro. Johnny Cash tocando en Folsom Prison puede que sea la última imagen de la protagonista mientras ella despierta, los que han visto la película pueden imaginarse a ella aún con los ojos cerrados buscando su cartera para verificar si hay un carné con una fecha de un posible futuro que aún no ha llegado.