73′ Min
Estados Unidos
Inglés
Skinner Myers
John Campbell, Sandrine Faucher Cassidy, Vincent DeLuca, Dan Funes
Rae Dawn Chong, David Fumero, Julie McNiven, Tunde Adebimpe, Nican Robinson y Skinner Myers
Skinner Myers
Matthew Halla y Tyler Purcell
Sharon A. Mooney
Ian Kragen, Amy Reynolds Reed
Fecha/Hora | Teatro | Ciudad |
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Domingo 4 de septiembre | 8:00 p.m. | Parque Cultural y Ambiental Otraparte | Envigado |
Viernes 9 de septiembre | 6:40 p.m. | Cinemas Procinal Las Américas | Medellín |
Skinner Myers (Kalamazoo, 1980). Cineasta. Su debut cinematográfico es The Sleeping Negro. Myers ha estudiado en la Universidad de Columbia, la Brooklyn College, la Escuela de Artes Cinematográficas de la USC y actualmente está cursando un doctorado en la Universidad de Ámsterdam.
Enfrentado a una serie de incidentes con carga racial, un joven negro debe superar la rabia, la alienación y la desesperanza para encontrar su propia humanidad.
La estructura formal de The Sleeping Negro fluctúa entre el ensayo y una obra de cámara o encierro, es decir, una historia que ocurre en un espacio pequeño, con pocos personajes y pocos espacios. Las imágenes fluyen del sueño al despertar; los colores tienen tonos tenues y la luz que proyectan hacen sentir el espacio borroso e indefinido del sueño. La postura política de la película no se oculta por medio del artificio onírico. Por el contrario, es una crítica abierta al racismo que transita del sueño –que cubre o prefiere ignorar algunas de las violencias sistemáticas latentes– al despertar –en el que se enfrenta al sistema de creencias que ha intentado apaciguar y retener las ideas del cambio–. No se trata de una obra donde despertar marca el final, pues quizá lo único que acaba es la ilusión del sueño para dar inicio a un largo camino de transformación y crítica. No hay concesiones, ni zonas grises en la crítica, es una película que descarga su enojo y su rabia como un camino necesario para la construcción y la reflexión. Su estructura narrativa la acerca a películas en las que los diálogos son el escenario de disputa. La palabra es el dispositivo para desenmascarar un sistema que se ha legitimado y perpetuado no sólo en la violencia, sino en la condescendencia. Las ideas de mérito, de trabajo y esfuerzo para “darse a conocer” en una sociedad mayoritariamente blanca se desmoronan en un discurso directo, contundente, lleno de emociones, que revela las falsas ideas de progreso y cambio en las que aún creemos cuando abordamos muchas veces temas de raza.
La experiencia de esta película es de revelación dolorosa, de una iluminación hiriente. En su aparente sencillez se logra ver con claridad una crítica franca, nada discreta, necesaria y urgente en tiempos de cambio.
Valle de Aburrá, Antioquia