The Sealed Soil

The Sealed Soil

Año:

1977

Duración:

90′ Min

País:

Irán

Idioma:

Farsi

Direccción:

Marva Nabili

Productora:

Marva Nabili

Elenco principal:

Flora Shabaviz

Guion:

Marva Nabili

Dirección de fotografía:

Roxana Reiss

Montaje:

Marva Nabili

Sonido:

Horarios

Fecha/HoraTeatroCiudad
Sábado 13 de septiembre | 4:30 p.m.Cinemas Procinal Las AméricasMedellín
Sábado 20 de septiembre | 4:30 p.m.Centro Colombo Americano - Sede centro. Sala 2Medellín

Direccción:

Marva Nabili

Nació en Irán y estudió pintura en la Universidad de las Artes Decorativas de Teherán. Protagonizó Siavash in Persepolis (Fereydoon Rahnama, 1967), una película que marcó el inicio de la Nueva Ola del cine iraní. Esa experiencia le llevó a estudiar cine en Londres y Nueva York, ciudades en las que obtuvo sus títulos de grado y posgrado en Cine. Regresó a Irán para escribir y dirigir una serie de televisión de ocho horas basada en cuentos clásicos persas. Ese mismo año escribió y dirigió su primer largometraje, The Sealed Soil, el relato de una campesina de dieciocho años atrapada en un período de transición entre la niñez y la edad adulta, y también en la confrontación entre las tradiciones culturales y la modernización que afecta a su existencia en la aldea donde vive.

Sinopsis

Sinopsis

Es la primera película iraní que se conserva dirigida por una mujer y es la ópera prima de Marva Nabili. Es una obra de hábil observación que evoca la difícil situación de la mujer en una época de subyugación política. Una joven en el Irán prerrevolucionario se encuentra atrapada entre los valores tradicionales de su pequeño pueblo y sus propios anhelos de independencia e individualidad. Su persistente rechazo a las propuestas de matrimonio, sumado a su indecorosa retirada del velo en el cuerpo, lleva a su familia a buscar la ayuda de un exorcista, convencida de que debe estar poseída por espíritus malignos. Filmada subrepticiamente en 1977, justo cuando el régimen del ayatolá Jomeini llegaba al poder, la directora sacó de Irán clandestinamente un primer corte y lo llevó a Estados Unidos, donde completó el montaje final.

Reflexión

Reflexión

Reflexión

Reflexión

Es difícil decirlo de una manera que no sea la clara y la justa, la precisa y la conmovedora: The Sealed Soil es extraordinaria. Es de imágenes fervientes, de un carácter de seca detonación, de una composición suspirante y de una fuerza de constricción bastante bien ajustada a los principios narrativos de la película. La protagonista tiene 18 años y es como una piedra, obstinada e inamovible. A lo largo de la película, se sienta la mayor parte del tiempo: en la chimenea del patio, frente a los ancianos sobre una alfombra desenrollada o sola en la orilla de un río. Aunque ya tiene edad suficiente para casarse, rechaza a todos los pretendientes, así como cualquier explicación de por qué lo hace. Mientras tanto, los hombres de la aldea debaten si ceder sus tierras a un negocio agrícola. Sus encuadres fijos evocan las películas de Chantal Akerman, especialmente por cómo crean una mirada a la vez íntima y distante. Aunque vemos a esta mujer en momentos privados, con su cabello visible de una forma que muy pronto sería imposible en el cine iraní, nunca aparece en primer plano. La escena más reveladora de su cuerpo y su deseo está filmada, literalmente, de espaldas a la cámara. Nabili se resiste a la convenciones cinematográficas de su tiempo: esta película la filmó en secreto mientras trabajaba en una miniserie para la Radio y Televisión Nacional de Irán (NIRT). Aunque reacios a traducir su título, la mención de una  tierra cerrada sobre sí misma, sellada, conectada con nada es el aliento que atraviesa todas las imágenes: la decepción de esta joven por la falta de autonomía en su vida se interpreta por todos los ojos circundantes como un acto contra Dios. Su rutina diaria es observada con atención: clasificar y lavar el arroz, recolectar verduras, coser la ropa escolar de su hermana y preparar y lavar los platos. Cada una de sus tareas es una preparación para algo que vendrá, alguna necesidad u ocasión futura. Necesita tomarse en serio el matrimonio y lavar su vestido rosa para la visita de un pretendiente. Necesita prepararse para el desplazamiento de su aldea, que será arrasada por un proyecto de construcción aprobado por el Estado. Ella, por su parte, no quiere que las cosas cambien, ni que se queden como están. En su pueblo, es bastante mayor para ser soltera y no tener hijos, sin embargo es todavía joven, joven al fin y al cabo. Cuando empieza a aislarse de la vida social, protagoniza un arrebato emocional catártico: la llevan al curandero espiritual local y las mujeres del pueblo se convencen de que debe estar poseída por el diablo. En The Sealed Soil, lo que se percibe como posesión es, en realidad, una joven que ejerce su propia voluntad, algo que nadie está preparado para comprender. Si bien formalmente la película de Nabili se aleja a pasos agigantados de clásicos hollywoodenses de angustia y alienación como Rebelde sin causa (1955) o The Wild One (1953), comparten la misma idea de que el simple hecho de querer pensar por uno mismo puede ser algo desgarrador. En una de las escenas más impactantes de la película, la mujer yace entre la tupidez de un bosque. Empieza a llover y ella recoge las gotas con la mano. Se quita el velo, se deshace el cabello y se quita el vestido. Allí, en el bosque, con el cuerpo acariciado por la lluvia, está verdadera y misericordiosamente sola, donde nadie puede juzgarla por sentir algo que solo ella puede sentir. El ritmo de la película es lento, pero no lánguido; su tono está impregnado de las frustraciones internas de su protagonista. Hay poco diálogo, ya que el silencio encierra una feroz rebelión que disuade a otros de acercarse a ella. The Sealed Soil Soil es el primer largometraje iraní dirigido por una mujer que se conserva en su versión final (en parte gracias a que la directora se fugó de Irán con las latas de la película escondidas). Marjan (1956), de Shahla Riahi, el primer largometraje dirigido y producido por una mujer en la historia del cine iraní, se conserva, aunque no en su totalidad, con solo dos rollos disponibles actualmente. Junto con Maryam and Mani  (1979), escrita y dirigida por la actriz Shahrzad (acreditada como Kobra Saeedi), uno de los pocos largometrajes conocidos dirigidos por una mujer antes de la Revolución iraní de 1979, y el cortometraje documental pionero de Forough Farrokhzad, The House is Black (1962), la lista de obras realizadas por mujeres antes de la Revolución es bastante escasa.

SARA HENAO

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