2022
184′ Min
Irak
Árabe
Abbas Fahdel
Abbas Fahdel
Nour Ballouk
Nour Ballouk
Abbas Fahdel
Abbas Fahdel
Abbas Fahdel
Abbas Fahdel
Fecha/Hora | Teatro | Ciudad |
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Domingo 3 de septiembre | 4:00 p.m. | Teatro Comfama Alfonso Restrepo Moreno | Medellín |
Abbas Fahdel (Irak, 1959) A los 18 años se mudó a Francia, donde estudió cine en la prestigiosa Universidad de la Sorbona. Su obra está
principalmente ligada a los diversos conflictos que se suceden el Oriente Medio. Dirigió Homeland (Iraq Year Zero, 2015), Yara (2018) y Bitter Bread (2019).
Desde su “casa púrpura” en el sur del Líbano, el director Abbas Fahdel y su esposa, la pintora Nour Ballouk, intentan, cada uno, a través de su arte, captar la belleza y las penurias un país polifacético que parece estar al borde del abismo, enfrentando al Covid en diferentes etapas, con las contradicciones propias de lo desconocido.
¿Cómo retratar lo efímero? ¿Cómo pintar aquello que cambia a cada instante? Son preguntas que trata de responder Victor Erice en El sol de Membrillo (1992), y que acá se vuelven a preguntar Abbas Fahdel y Nour Ballouk, pareja afectiva y creativa detrás de Tales of the Purple House (2022). Lo efímero no es solo algún árbol en el jardín de la casa morada del título en la que habitan, es también un Líbano que cambia a cada instante. Una explosión que dejó Beirut devastada, una crisis económica sin precedentes y el COVID que parece haber sentenciado al país en una imagen imposible de retratar. Nour mira al Líbano y a su entorno cercano a través de su arte. Lo efímero, que parece desvanecerse y ser reemplazado por una nueva fatalidad. La belleza y el dolor cambian a cada instante y se convierten en una paradoja donde ambas son imposibles de atrapar en su forma original. El fantasma del director parece ser omnipresente, aunque ni su voz, ni su figura aparece en el film. Aunque el entorno lo reconoce y trata de interactuar con él, Fahdel es como la sombra de su esposa Nour, que parece aportar luminosidad no solo en su casa morada llena de cine, también en su barrio con niños y gatos, y en una Beirut donde casi todos parecen haber perdido la esperanza y solo la inocencia infantil parece dar algo de tranquilidad. La estética del encierro es una forma de entender la etapa cinematográfica del COVID, donde se filma un cine caracterizado por una mirada de la vida en un área pequeña, donde todo parece repetirse con pequeños matices. Ese espacio en apariencia minúsculo se convierte en un gran universo en el cual Fahdel y Ballouk logran encontrar los matices de la vida frágil y efímera, y también el corazón del Líbano como país encerrado en un cuarto, dando vueltas en círculos tratando de encontrar alguna salida.
Valle de Aburrá, Antioquia