Estreno nacional
2019
91′ Min
Estados Unidos
Joel Potrykus
Ashley Young
Joshua Burge, David Dastmalchian, Andre Hyland, Adina Howard, Amari Cheatom
Joel Potrykus
Adam J. Minnick
Sasa Slogar
Cine independiente / Asco / Nerds / Videojuegos / La trampa del capitalismo / Sistema formal mínimo / Repulsión / Escatología / Otra relación del cine con el dinero / Distopía
Fecha/Hora | Teatro | Ciudad |
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Septiembre 3, 2021 8:30 pm | Centro Colombo Americano | Medellín |
Septiembre 4, 2021 7:00 pm | Teatro Leonor Díaz Montoya | Sabaneta |
El escritor y director estadounidense Joel Potrykus vive en Grand Rapids, Michigan, con su banda de cine, Sob Noisse. Su trabajo se ha estrenado en el Festival de Cine SXSW, Festival de Cine de Locarno y sus películas también se han proyectado en el Lincoln Center y el MoMa. Es profesor de cine en la Universidad Estatal de Michigan.
Más allá de sus juegos cinéfilos, su habilidoso manejo de la cultura pop y su dominio de una dramaturgia de la confrontación (sus duelos dialogados son música para los oídos), conviene pensar la obra de Joel Potrykus en términos eminentemente políticos. Ningún otro cineasta norteamericano contemporáneo demuestra tanto interés por el retrato de figuras marginales, criaturas que, consumidas por la nada cotidiana (quintaesencia de la sociedad de consumo), se embarcan en extrañas odiseas trágicas: la desarticulación anarquista del orden financiero en Buzzard, la invocación del diablo en The Alchemist Cookbook y, ahora, en Relaxer, la consecución de la trascendencia a través de la superación del nivel máximo conocido del videojuego Pac-Man. La misión puede parecer ridícula, pero el camino está lleno de trampas muy serias. Abbie (¿Abel?), nuestro héroe, perennemente sentado en el sofá de un cochambroso apartamento de Michigan, decide someterse a los retos abusivos de su hermano Cam (¿Caín?). Tras un primer reto consistente en beber incontables biberones de leche agria –lo que establecerá un patrón de fisicidad escatológica en la película–, Abbie se compromete a no levantarse de su sillón hasta superar el nivel 256 de Pac-Man. Quedan pocos meses para la llegada del año 2000 –Relaxer merecería titularse 2001: Una odisea anarco-gamer– y el objetivo de Abbie parece irrealizable, pero como repite más de una vez el protagonista, él no es un quitter, él no es de esos que abandonan.
Valle de Aburrá, Antioquia