Cinemancia Festival

Podul de Piatrâ

Podul de Piatrâ

Año:

2021

Duración:

20′ Min

País:

España

Idioma:

Catalán, Español, Rumano

Director:

Artur-Pol Camprubí

Productores:

15L FILMS, Carlota Coloma Artés

Elenco principal:

Angelica Maxim, Vasile Maxim

Guionista:

Artur-Pol Camprubí, Victor Radoselovics

Director de fotografía:

Artur-Pol Camprubí

Montaje:

Jaime Puertas

Sonido:

Sarah Romero

Horarios

Fecha/HoraTeatroCiudad
Miércoles 7 de septiembre| 7:00 p.m.Libros AntimateriaMedellín

Director:

Artur-Pol Camprubí

Artur-Pol Camprubí (Girona, 1991) Graduado en 2015 por la ESCAC, con especialización en dirección de fotografía, labor que ha llevado a cabo en los largometrajes The Miracle of Almería de Moon Blaisse, Hafriyat de Àlex Sardà y Tolyatti Adrift de Laura Sisteró. Cursa el posgrado de creación en la Elías Querejeta Zine Eskola. Podul de Piatrâ (2021) es su primer corto como director.

Esta película hace parte del programa Vislumbres errantes.

Se proyecta con Diabel, Sarira y Nowhere to go but everywhere.

Sinopsis

Sinopsis

Una farola que marca el límite de un pueblo de la Franja de Poniente se enciende al caer la noche. Angelica, una mujer de origen rumano que vive en el pueblo, presencia el alumbramiento de un potro en los establos donde trabaja. La lucha de la pequeña criatura por liberarse de la membrana materna, su condición de miembro fantasma y fronterizo, la atraviesa de tal modo que no conseguirá desprenderse de esa imagen.

Reflexión

Reflexión

Reflexión

Podul de Piatrâ, del catalán Artur-Pol Camprubí, comienza con la secuencia hipnótica del parto de una yegua hasta la expulsión de la placenta, la cría respira por sí sola bajo un manto nacarado que se expande y se contrae. La imagen del alumbramiento del potro es una daga para Angélica, una campesina de origen rumano que vive a las afueras de la Franja de Poniente, espacio fronterizo entre Cataluña y Aragón. Angélica es un espectro nómada que no puede conciliar el sueño. En una de las múltiples escenas en las que Angélica vaga por la Franja de Poniente, se detiene impávida frente a la farola que marca el límite del pueblo con las sombras, como si la realidad y la ensoñación se plegaran en una curvatura que nos devuelve la mirada. Angélica está atrapada en la placenta del difuso límite entre el habitar y el desaparecer, condición ontológica del inmigrante. Camprubí, en esta tesis, de la prestigiosa escuela Elias Querejeta de San Sebastián, configura un paisaje del ostracismo que recuerda al cine de Víctor Erice y a las reflexiones del psicoanalista austriaco Otto Rank, como él mismo señala: tal vez el nacer es una suerte de herida, una herida que péndula a tientas en la oscuridad.

ANDRÉS MÚNERA

Galería

Abrir chat