Cinemancia Festival

Les Maîtres fous / Los amos locos

Les Maîtres fous / Los amos locos

Año:

1955

Duración:

30′ Min

País:

Ghana

Francia

Idioma:

Francés

Director:

Jean Rouch

Productores:

Films de la Pleïade

Director de fotografía:

Jean Rouch

Montaje:

Suzanne Baron

Sonido:

Damouré Zika

Lam Ibrahim Dia

Horarios

Fecha/HoraTeatroCiudad
Miércoles 11 de septiembre | 7:00 p.m.Casa Municipal de la Cultura de CaldasCaldas

Director:

Jean Rouch

Nacido en París en 1917, Jean Rouch consagró su vida a la etnología y el cine. Cautivado por la belleza de «Nanook of the North» desde la infancia, se inició en el séptimo arte en 1947. Su tema predilecto fue el África tradicional, codificada en sus mitos y ritos seculares, pero tampoco se olvidó de retratar el África descolonizada que ha heredado el modelo cultural occidental. Considerado el padre del cinéma vérité, Rouch no hacía distinción entre cine documental y de ficción, viajaba siempre con la cámara en la mano y un equipo mínimo de rodaje. Las más de cien películas que rodó conforman un fondo fímico excepcional sobre la realidad y la herencia de África

Esta película se proyecta con:
Las ruinas, de Jerónimo Atehortúa Arteaga

Sinopsis

Sinopsis

En Ghana, de forma clara y al mismo tiempo enigmática, Rouch filma a un grupo variopinto de trabajadores en la práctica de un ritual «Hauka”. En esta ceremonia, celebrada en una granja a pocas horas de la ciudad, los Hauka entran en trance y son poseídos por diferentes espíritus asociados con los poderes coloniales occidentales. Restauración en 2K.

Reflexión

Reflexión

Reflexión

Reflexión

Han pasado más de sesenta años desde el estreno de Los amos locos, de Jean Rouch. Mucho se ha escrito sobre la película, de su profundo impacto en el teatro de Genet, Grotowski o Peter Brook; mucho se ha criticado del enfoque colonialista  cinematográfico de Rouch en su etapa más etnográfica en Ghana y Nigeria, pero la película sigue siendo una anomalía político/estética/espiritual fulminante: el registro de los trabajadores de la ciudad de Acra practicando el ritual del “Hauka”, práctica que induce al trance provocando que los valores y sentimientos del hombre blanco colonizador, como el progreso, la corrupción y la violencia, se apropien del cuerpo de los posesos que, mediante bailes compulsivos, abrazan estados alterados de la consciencia y solo los sacrificios deshacen los fantasmas de la dominación colonial encarnada. El hauka como manifestación ontológica del subyugado conquistado sigue siendo una experiencia vigía impenetrable por sus potentes y múltiples capas de lecturas  y de enseñanza, en ese vertiginosos arrojo de los valores impuestos a sangre por las lógicas belicosas de la colonización se puede leer la performatividad reveladora de un pueblo que lejos de ser aniquilado a través de una práctica religiosa devuelve una feroz mirada al mundo occidental aniquilante y la cámara de Rouch entra en el rito aunándose a la vorágine del hauka de los nuevos amos locos sin registrarlos, dejándose llevar por la marea embravecida de sus cuerpos incontrolables que se desbordan en el sentir como gesto político. A pesar de las lecturas que años posteriores se le asignaron al Hauka desde una dimensión de lo teatral, no hay que perder el horizonte de la difusa línea que el rito versa con lo real y lo espiritual al mismo tiempo siendo soportado por una dimensión política que no permite amputación metódica alguna y más bien otorga a este visionado la fuerza de su unicidad y rareza una experiencia revestida de ornamento inédito que la hace uno de los momentos más intensos en el cine de Jean Rouch, esta película película breve e incandescente conforma la carta blanca que propone la documentalista y docente Marta Hincapié Uribe, un peregrinaje de obligatoria parada en la programación de esta edición de Cinemancia.

ANDRÉS MÚNERA

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