Cinemancia Festival

Le monde vivant / El mundo viviente

Le monde vivant / El mundo viviente

Año:

2003

Duración:

75′ Min

País:

Francia

Idioma:

Francés

Director:

Eugène Green

Productores:

Martine De Clermont-Tonnerre

Elenco principal:

Christelle Prot, Alexis Loret, Adrien Michaux, Laurène Cheilan, Achille Trocellier y Marin Charvet

Guionista:

Eugène Green

Director de fotografía:

Raphaël O’Byrne

Montaje:

Xiaoxing Cheng, Benoît De Clerck

Sonido:

Benoît Biral y Dana Farzanehpour

Horarios

Fecha/HoraTeatroCiudad
Viernes 2 de septiembre | 5:30 p.m.Centro Colombo Americano - Sala 2 Medellín
Lunes 5 de septiembre | 6:00 p.m.Parque Cultural y Ambiental OtraparteEnvigado
Jueves 8 de septiembre | 5:00 p.m.Casa de la Cultura La BarquereñaSabaneta

Director:

Eugène Green

Nueva York (1947). Licenciado en letras y en historia del arte. Director teatral amante del barroco (fundador del Théâtre de la Sapience), entrenador de actores, cineasta de culto inclasificable y escritor en el cruce y en los márgenes. Nacido en Estados Unidos, peregrinó por Europa y finalmente se instaló en Francia, donde fundó su compañía teatral, filmó su primer largometraje (Toutes les nuits) e inició su trayectoria como ensayista, novelista y poeta. Ha dirigido 15 películas. Su cine tiene un compromiso con las encrucijadas pasionales de sus personajes y con el auxilio o sanación de sus problemas del alma. Green habla en clave espiritual. Sus personajes le interesan, sobre todo, por sus gestos y sus formas de caminar. Las manos, los ojos y los pies calzados son fundamentales en su universo. Sus películas se han presentado en los importantes festivales de Cannes, Locarno, Jeonju, Berlín, Toronto. En 2001 ganó, en Francia, el premio Louis Delluc. Director fundamental.

Esta película se proyecta con:
Los signos, de Eugène Green

Sinopsis

Sinopsis

Un ogro, después de repudiar a su esposa por someterlo a una dieta vegetariana, se dispone a casarse con una doncella a la que mantiene encerrada en una capilla. Mientras tanto, dos niños capturados por el ogro esperan ser liberados, sin saber que dos caballeros, cada uno por su lado, están en camino para combatir contra el monstruo. Los caballeros visten camisa y pantalones vaqueros.

Reflexión

Reflexión

Reflexión

Reflexión

En su segundo largometraje, Eugène Green traza el camino de un reencuentro con la palabra que será la definición de su obra. En el mundo viviente al que hace referencia su título las palabras habitan y circulan como el aire, un aliento del que todos somos hijos, un material con el que construimos el mundo, con el que conjuramos toda fantasía posible. Un mundo de ogros, árboles parlantes, caballeros medievales, doncellas recluidas en castillos. Un mundo antiguo que Green hace presente fundiendo toda referencia temporal; los caballeros usan jean y las doncellas modernos abrigos de lana. No se trata de una recreación de época, sino del reconocimiento de la vida antigua de las palabras y su poder de fabulación, de un sistema de pensamiento en el que estas nos permiten el encuentro con el mundo y nuestra interioridad, comprender la vida a través del relato imaginado; un vínculo que ata las palabras a nuestro destino. Esas palabras son las que honran al Caballero León y la doncella Penélope a costa del sacrificio de su amor imposible. Ella está atada al malvado Ogro por las palabras, la obligan a serle fiel. Solo el poder de unas palabras más fuertes los podrá librar de esa atadura. Para transmitir ese poder de conjuro, Green se restringe a filmar con una portentosa austeridad. La cámara prácticamente no se mueve. No hay grandes decorados, ni complejos esquemas de iluminación. Sus actores nos miran directamente a los ojos, contienen la emotividad en sus rostros y en sus voces, emiten las palabras respetando cada aspecto de su sonoridad. Como Penélope hace con los niños a los que protege, este cine nos comparte las palabras cómo se comparte una hogaza de pan.

SERGIO BARÓN

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