Fu

Fu

Año:

2019

Duración:

9′ Min

País:

Colombia

Idioma:

Español

Direccción:

Maria Rojas Arias

Andrés Jurado Uribe

Productores:

La Vulcanizadora

María Rojas Arias

Elenco principal:

Jorge Gonzales

Jorge Castiblanco

Guion:

Andrés Jurado Uribe

Direccion de fotografía:

Andrés Jurado Uribe

Montaje:

María Rojas Arias

Sonido:

Andrés Jurado Uribe

Horarios

Fecha/HoraTeatroCiudad
Domingo 14 de septiembre | 7:00 p.m.Teatro CaribeItagüí

Direccción:

María Rojas Arias

Graduada de la Universidad Nacional de Colombia. Tiene una maestría en Cine y Arte Multimedia de KASK Conservatorium University College Ghent (2021, Bélgica), donde recibió grado honorífico.

Direccción:

Andrés Jurado Uribe

Maestro en Artes Visuales de la UNAM – Escuela Nacional de Artes Plásticas, Academia de San Carlos, donde recibió una Mención Honorífica, y un Doctor con distinción en Estudios de Teatro del Centro de Estudios de Teatro de la Universidad de Lisboa en Portugal. En 2017 fundaron La Vulcanizadora, un laboratorio de producción y creación cinematográfica, la cual se consolida como empresa en 2019. La Vulcanizadora se dedica a proyectos creativos experimentales y a explorar diversos modelos de producción y colaboración para hacer cine, en un compromiso por cooperar con los procesos de memoria histórica y dar vida a narrativas que van a contracorriente de los relatos oficiales o canonizados por los circuitos culturales y por las instituciones oficiales.

Sinopsis

Sinopsis

Fu es el dios del sueño en la cosmogonía Muísca, a quien se le rendía culto en la isla grande de la laguna de “Fúquene”, que significa “el lecho del dios Fu”. Este cuerpo de agua ubicado a 116 kilómetros de Bogotá tiende a la desaparición. Quienes nacieron aquí, rodeados por el Junco y la Enea (plantas que crecen en la laguna), han dedicado su vida a tejerlas.

Reflexión

Reflexión

Reflexión

Reflexión

La imagen y el sonido se trenzan desde lejos en la película, al principio parece que la voz del narrador está en sincronía con la imagen del hombre que aparece, pero pronto se entiende que la voz va paralela a las imágenes. El trayecto en lancha atravesando el río, o la laguna, y el viento pasando con fuerza por los pastizales alrededor, nos adentran en la anécdota del hombre que nos guía. Se oye el sonido de una caña de pescar enrollándose, o es más bien el sonido del rollo de una cámara: un artefacto que se enrolla. El hombre narra una historia de infancia, mientras las imágenes del fílmico muestran a unos hombres usando y enseñando cómo se usa una antigua máquina hiladora. La voz atrapa y despliega la anécdota de dos niños que querían asustar a su madre y a su vecina, en la oscura hora de las dos de la mañana, antes del ordeño, y por ello elaboraron la figura de un hombre con ruana, a partir de ramas y material que había sido desbaratado de un camión. Las imágenes a blanco y negro muestran en paralelo el proceso de la caña convirtiéndose en hilo al usar la máquina hiladora, surge la yuxtaposición entre la anécdota y las imágenes; el poder de la transformación de la materia, de una caña a un hilo, y de unos harapos a la apariencia de un hombre. Aparece la imagen de una excavadora, la película se convierte ella misma en las manchas del material fílmico, la relación de aspecto se reduce; lo anticuado resalta y el relato llega a su punto más alto. El espantapájaros hecho por los niños había logrado su cometido, asustando en demasía a su madre y a su padre que habían caído de lleno en la broma infantil. Después, la película vuelve a mostrar los pastizales movidos por el viento,  y en paralelo a un hombre trenzando el hilo de manera más fina. Tanta caña esperando a ser transformada en hilo, o al menos con la potencia de ser hilo, al igual que un muñeco hecho de palos con la potencia de aparentar ser un hombre, asustar y hasta generar tiros.

THOMAS ORTIZ BOTERO

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