1982
86′ Min
España
Español
Gonzalo García Pelayo
Andrés Vicente Gómez
Francisco Hoyos
Julián Buraya
Miguel Ángel Iglesias
Javier García Pelayo
Paula Molina
Isabel Pisano
Carla Antonelli
El Gran Simón
Chari Moreno
Miguel Ángel Iglesias
Romualdo Molina
Roberto Ochoa
Roberto Fandiño
Enrique Molinero
Fecha/Hora | Teatro | Ciudad |
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Viernes 13 de septiembre | 7:00 p.m. | Cinemas Procinal Las Américas | Medellín |
Es director, editor, productor musical y exlocutor. Dirigió 27 películas y es una figura clave en la historia del cine español por su estilo autoral disruptivo. En la actualidad su obra es reconocida con muestras en museos como el Pompidou y el Reina Sofía.
Miguel, un preso fugado de la cárcel a dos meses de cumplir su condena, solo piensa en vengarse y en encontrar a su amada Diana. Convence a Javier, un estafador de poca monta y dicharachero, para que le acompañe en un viaje por Andalucía tras la pista de la doncella desaparecida. Por el camino, una seguidilla de encuentros inclasificables y personajes descabellados, afines al delirio y el fin de lo ordinario.
La obra del prolífico y transgresor cineasta madrileño Gonzalo García-Pelayo es un vertiginoso pistoletazo de salida hacía el delirio y la insubordinación, su cine está plagado de creaturas outsiders que braman en los márgenes de la sociedad con dulzura y fiereza entre intempestivas sesiones de sexo, crímenes y meditaciones trascendentes, unos vagabundos del Dharma salidos de la pluma de Jack Kerouac, así los encontramos en los protagonistas de Corridas de alegría, la rutilante y rabiosa iluminación que acompaña este año la cuarta edición de Cinemancia Festival Metropolitano de Cine. Una road movie andaluza llameante que encandila las retinas que la contemplan. En los periplos por las carreteras de Cádiz respira el cine de Huston, Bogdanovich o hasta el cine polar francés en esas secuencias nocturnas portuarias que concluyen el viaje retratadas con mucha pericia por el fotógrafo Roberto Ochoa. El autor de Manuela (1975) o Vivir en Sevilla (1978) se constituye como un andamiaje perdido y encontrado, pieza necesaria para trazar la historiografía fílmica española posfranquista, al encontrar en sus liberadoras e insubordinadas secuencias a un autor vital que supo pintar como pocos los matices agridulces de la carretera que pendulan entre la liberación y la violencia subyacente, como también lo hacen las fotografías del impulsor del “nuevo documentalismo” estadounidense Danny Lyon. Recorrer Corridas de alegría no se trata de trazar un argumento con una carta marítima precisa, se trata de viajar junto a Miguel y Javier como lo haríamos con Peter Fonda y Jack Nicholson en Easy Rider, la legendaria película de Hopper, sólo que, en vez de escuchar a Steppenwolf, la desmesura en la vía andaluza sin límite se hace al son del flamenco.
Valle de Aburrá, Antioquia