Cinemancia Festival

Cielo abierto

Cielo abierto

Año:

2023

Duración:

65′ Min

País:

Perú

Idioma:

Español

Director:

Felipe Esparza Pérez

Productores:

Victoria Arias

Lorena Tulini

Felipe Esparza Pérez

Elenco principal:

Dionicio Huaraccallo Idme

Moisés Jiménez Carbajal

Julio Carcausto Larito

Mayra Ferre

Guionista:

Felipe Esparza Pérez

Director de fotografía:

Fernando Criollo

Montaje:

Felipe Esparza Pérez

Kendra McLaughlin

Sonido:

Yannick Delmaire

Juan Carlos Rosales

Edward De Ybarra

Horarios

Fecha/HoraTeatroCiudad
Sábado 2 de septiembre | 4:00 p.m.Casa de la Cultura Miguel Uribe RestrepoEnvigado
Martes 5 de septiembre | 3:00 p.m.Casa de la Cultura Cerro del ÁngelBello

Director:

Felipe Esparza Pérez

Felipe Esparza Pérez (1985, Perú) crea vínculos y tensiones dinámicas entre el cine, las artes plásticas y la videocreación, explorando temas como la naturaleza, la espiritualidad y sus derivados simbólicos, y la relación entre la imagen y el tiempo, la imagen y la historia, y la imagen y la verdad. Sus obras han sido expuestas tanto a nivel nacional como internacional, incluyendo La Gaîté-Lyrique (París), Haus der Kulturen der Welt (Berlín), Festival de Videoarte de Buenos Aires e IFFR.

Sinopsis

Sinopsis

Un padre trabaja pacientemente, picando la piedra volcánica blanca que forma un paisaje extraordinario. Su hijo es parte del mundo moderno: usa cámaras y drones para crear el modelo digital de una iglesia en una computadora. Separados por la misteriosa muerte de la figura de la esposa/madre en la familia, estos hombres no conectan. Sin embargo, sus caminos se cruzan de manera fantasmal, al igual que sus oficios: cada uno a su manera trabaja con texturas y volúmenes, sensaciones y percepciones. ¿Puede el reino del arte digital recrear y revivir el viejo mundo? ¿Puede también despertar corazones solitarios y fríos?

Reflexión

Reflexión

Reflexión

Reflexión

Al mejor estilo de Kubrick en la famosa elipsis que da comienzo a 2001 Odisea en el espacio (1968), en la que vemos a un primate lanzar un hueso al cielo abierto, y ese hueso, a su vez, transformarse en una nave espacial, el director Felipe Esparza comienza su ópera prima con una elipsis, en este caso sonora. Vemos la pantalla en negro, sin embargo, suena el galope de unos caballos, los escuchamos relinchar y aminorar el paso. Luego, el rítmico golpe de un martillo a un cincel nos ubica en otro momento: ya no están los caballos y estamos en una cantera de piedra volcánica en Arequipa, Perú. Podemos intuir que, con estos caballos, hace varios siglos, llegó un choque de civilizaciones, un acontecimiento que dejó un legado religioso que hoy sigue latente en las construcciones de las iglesias, en las que no solamente se escuchan misas, sino que, también, se lavan los pecados. Esta breve introducción nos recuerda una obsesión de Esparza, la convivencia de dos mundos, el sincretismo cultural que se veía ya en su cortometraje Laguna negra (2020). Sin embargo, desde su cortometraje The Old Child (2021) esta obsesión ha mutado al fijar sus intereses en la tecnología y el nuevo mundo que ella promete. De esta forma, en Cielo abierto (2023), un padre y un hijo han dejado de hablar, no sabemos muy bien por qué, pero la mujer que los unía como familia ha muerto y este acontecimiento parece ser la razón de su distancia. El padre trabaja como picapedrero en la cantera, el hijo digitaliza una iglesia mediante fotogrametría con drones. Son hombres atravesados por la ausencia y la soledad. La porosidad del paso del tiempo los diluye en nostalgias. Nunca se cruzan. La muerte los une y, al mismo tiempo, los separa. El tiempo, el esfuerzo y el trabajo se presentan como una conexión subterránea en la que la materia, lo táctil y el peso de las rocas, conviven con un mundo virtual, incorpóreo, casi etéreo, en donde bien podrían convivir los espectros que han dejado este mundo. No son dos mundos en disputa, son dos ambientes que coexisten. Aunque al final, al girar nuestras cabezas al firmamento en búsqueda de nuestra propia redención, no será el techo de la iglesia construida en roca firme, ni el dron volando que crea imágenes virtuales, lo que nos conecte con la vida. Será el cielo abierto, la vastedad del misterio inexplicable de la naturaleza, el que ayude a aceptar nuestro destino.

JUAN PABLO FRANKY

Galería

Abrir chat