179′ Min
China
Chino
Qiu Jiongjiong
Ding Ningyuan, Yang Jin
Yi Sicheng, Guan Nan, Qiu Zhimin, Xue Xuchun y Tao Gu
Qiu Jiongjiong
Feng Yuchao
Qiu Jiongjiong
Wang Ran
Fecha/Hora | Teatro | Ciudad |
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Viernes 2 de septiembre | 8:00 p.m. | Parque Cultural y Ambiental Otraparte | Envigado |
Viernes 9 de septiembre | 8:20 p.m. | Cinemas Procinal Las Américas | Medellín |
Qiu Jiongjiong (1977). Artista y cineasta afincado en China. Como cineasta, sus trabajos con el lenguaje cinematográfico y la fusión entre los tonos documentales y los tonos argumentales le han valido la reputación de ser uno de los directores independientes más importantes de China. Su largometraje experimental/documental Mr. Zhang Believes (2015) se estrenó en Locarno. A New Old Play (2021) es su primer largometraje de ficción y ganó el Premio Especial del Jurado en Locarno.
Ambientada en Sichuan a principios del siglo XX, la película sigue la historia de una compañía de actores durante un período de 60 años, vista tanto dentro como fuera del escenario, mientras representan a reyes y reinas, fantasmas y duendes, eruditos y bellezas. Recrea y fabula con audacia e imaginación la historia política china del siglo XX, a través de las historias que atraviesan a una pequeña compañía de teatro alrededor del actor payaso más destacado de la ópera de Sichuan.
¿Cómo narrar los hechos de la historia y sus lugares comunes sin caer en las trampas de lo reiterativo? ¿Preguntándose tal vez de qué manera el relato que se cuenta una vez más puede renovar la tradición? El tiempo y sus generaciones han dado respuestas posibles para volver al pasado de una manera distinta a lo que ya se conoce. Qiu Jiongjiong, el artista y director chino que con su primer largometraje de ficción, A New Old Play, nos descubrió un talento cercano a los delirios de Fellini con una puesta en escena exuberante y abiertamente teatral, preciosista –y preciosa– en los detalles que componen cada viñeta de su historia sobre el siglo XX en China, nos da una respuesta de tres horas tan contundente como fascinante acerca del oficio de narrar una vez más la historia y sus mitos –“chismes que envejecen”, como definió a los mitos el escritor polaco Stanisław Lec–, recurriendo a las ensoñaciones de los relatos fantásticos, al cruce de umbrales entre el mundo y los misterios del infierno, a la posibilidad de presentar en la pantalla, con el vigor de sus imágenes, lo surreal como algo inevitablemente cierto cuando una película nos convence de que estamos viendo la verdad en el mundo recreado por el cine.Durante el lapso aproximado de cincuenta años que cruza A New Old Play, los actores crecen, se reproducen, envejecen, tienen conflictos con sus hijos –desesperadamente maoístas como otros adolescentes esgrimirían la bandera del rock para distanciarse de sus padres y definir su identidad–; sufren de persecuciones políticas y ostracismo –metafóricamente representados en una escena en la que Qiu Fu construye un muro de ladrillos que lo va cercando sin darle la posibilidad de encontrar una salida–, teniendo como tabla de salvación el teatro –o el opio, también censurado por el Ejército Popular–, degradándose el teatro donde se representaban las óperas de otro tiempo en un escenario de enjuiciamientos políticos.
Valle de Aburrá, Antioquia