Una mano traza unas líneas como otras manos filman unos planos. En ambos casos, ocurre algo casi mágico, milagroso: la aparición de una imagen. Se trata así de una imagen fija y de una imagen cinematográfica. Entre una y otra, ocurre un segundo milagro fascinante: el movimiento, la animación de la imagen. En este seminario, empezamos por preguntarnos qué es lo que hace posible esos dos milagros. En otras palabras, nuestro punto de partida es el asombro y la perplejidad ante las imágenes y su movimiento. Luego, mediante un diálogo entre iconografía (dibujo, pintura) y cine, indagaremos sobre las posibilidades de la trascendencia y de la experiencia de lo sagrado al contemplar los cuerpos de esas imágenes. Durante tres días de seminario, en sesiones de tres horas, los mediadores presentarán algunas provocaciones en torno a las preguntas planteadas. Estas provocaciones tejerán vínculos entre imágenes fijas, en movimiento y textos con el fin de navegar los problemas específicos de cada sesión: el gozo y el fervor del encandilamiento; el trazo como herida y la flagelación de la imagen; y la mirada de la devoción. Cada provocación será la apertura a una discusión entre todos los participantes.
Los mediadores presentarán algunas provocaciones en torno a las preguntas planteadas. Estas provocaciones tejerán vínculos entre imágenes fijas, en movimiento y textos con el fin de navegar los problemas específicos de cada sesión: el gozo y el fervor del encandilamiento; el trazo como herida y la flagelación de la imagen; y la mirada de la devoción. Cada provocación será la apertura a una discusión entre todos los participantes.
Valle de Aburrá, Antioquia